El 4 de novembre del 2013 l’Audiència Provincial conclou que el cobrament de suborns pactat, segons denuncia la Fiscalia, durant 13 anys a raó de 30.000 euros anuals entre Garau i Moll no pot ser jutjat perquè ja ha prescrit.

Així es lliuren Garau i en Moll de seurer-se al banc dels acusats per afrontar la pena de cinc anys que demanava Fiscalia. L’Audiència sosté que, a pesar de que la Fiscalia remarca que va cobrar fins el 2003, no es pot acusar a una persona per accions efectuades mentre ja no té el càrrec de funcionari public ja que Garau va abandonar el càrrec el 1993. Això val també per la dona de Garau i en Moll.

El diari el Mundo publica un escrit de Esteban Urreiztieta que ha seguit tot el procés, “La Justicia indulta a Doña Urraca”

“La Justicia ha caido, y no será porque no se le advirtiera suficientemente desde las páginas de este periódico, en la última trampa de Antonio Garau.

El histórico Jefe de Costas de Baleares siempre se jactó, cuando “el Mundo” destapaba detalladamente cada una de sus tropelías, de que todos sus pecados en forma de comisiones estaban ya prescritos. Presumía ufano de haber dejado a principios de los años noventa el poderoso cargo público que ocupó durante tres décadas y que poco le importaba ya a estas alturas que se conociera la fortuna que amasó vendiendo a precio de oro horripilantes cuadros de marinas y de escenas de gallos de pelea a los concesionarios (en la hemeroteca queda la gráfica declaración del presidente de un emblemático club náutico: “Un chiringuito, un cuadro”). O imponiendo como peaje a los empresarios con intereses en la costa la contratación de su mujer, Doña Concha, ama de casa, como si fuera una asesora turística de postín.

Lo que catapulta a Garau al Olimpo de la corrupción patria y le transforma en una extraña especie de urraca insaciable es que impuso a todo aquel que autorizaba una concesión en la costa que le pagara religiosamente mientras durara la misma. Que él siguiera en su puesto era lo de menos. Por eso estipulaban por escrito que en el caso de que falleciera, el soborno pasaría a cobrarlo sus hijos.

Su obsesión patológica por el dinero se tornó con los años en locura y le llevó a reclamar judicialmente el impago de una de la coimas. El hotelero y ex contrabandista Jaime Moll dijo basta a Doña Urraca y recibió a cambio una demanda civil por impago interpuesta para más señas por el portavoz del PSOE en el Parlament, que ejerció como abogado en el caso representando a Garau.

El joven y prometedor fiscal Julio Cano, que se ha opuesto firmemente a que el delito se declare prescrito resumió a la perfección el esperpento: “Nos encontramos ante el primer caso en España de un corrupto que exige judicialmente el pago de una comisión”.

El paroxismo de la degradación de la condición humana se ha zanjado, sin embargo, con un vergonzante indulto que libra de la cárcel a uno de los más insignes representantes de la vieja Mallorca que, paradojas de la vida, no pasará a la historia de Baleares por delincuente sino por haber logrado la Medalla de Oro por fomentar supuestamente el Turismo y disponer de avenidas con su nombre a lo largo y ancho de la costa mallorquina”.

El 14 d’agost del 2014 el diari “el Mundo” informa que la Justícia que va declarar prescrita la responsabilitat penal dels pagaments realitzats, s’ha pronunciat ara sobre la relació mercantil entre en Garau i en Moll. La sentencia condemna a la dona de Garau a retornar 240.400 euros cobrats d’en Moll més els interessos generats. La resolució es contra la dona perquè al seu nom figurava el contracte de les comissions. El Jutjat conclou que encara que fos ella qui firmàs era Garau qui cobrava anualment 30.000 euros com va reconèixer la dona en el judici.

La Justícia declara nul aquest contracte i en un cas sense precedents, obliga a retornar els pagaments realitzats a favor d’en Moll.

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